Toda persona que de alguna manera está vinculada a Avismón ha estado esperando con ilusión la comida de Navidad, pero no la del 25 de diciembre, sino la que celebran todos juntos unos días antes. Es un encuentro pensado especialmente para las personas mayores a las que atendemos, porque muchas de ellas pasarán las fiestas solas.
“No había celebrado la Navidad nunca más desde que me quedé sola y la primera vez que vine aquí me emocioné mucho porque encontré familia, personas como yo, solas“, explica Anna Arándiga, de 92 años y usuaria de Avismón. Es tiempo, también, de compartir un momento especial entre el voluntario y el usuario, como Josep Maria Ribé y Elvira Cerro, que ya hace dos años que se acompañan una vez por semana. Para ella, “no es el voluntario, es mi nieto de tan bueno que es, gracias a él yo puedo salir a la calle”. Para Josep Maria, “enriquecer a otra persona a mí también me enriquece porque yo le cuento mis cosas, ella me cuenta las suyas y nos distraemos mutuamente“. En el menú, como manda la tradición, no ha faltado el cocido a la catalana o escudella ni los dulces más típicos de esta época, que se acompañan de villancicos muy especiales a cargo de los alumnos de la Escuela Proa, así como de una entrega de regalos.